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Seguir o volver

Tras pasar tres meses en España, y ante un dilatado trámite para conseguir el permiso de trabajo, surge esta la enorme duda. La idea de retornar a Argentina ronda mi cabeza, pero cada mañana que enciendo el televisor y veo que la situación allá sigue siendo complicada esas ganas se disipan.

La imagen no hace falta explicarla, pertenece a La Sociedad de la Nieve, la exitosa película de Netflix que fue filmada en Granada, ciudad en la que vivo… no sé hasta cuándo. Si bien la historia es conocida, voy a spoilear un poco a qué momento de la cinta pertenecer el gráfico que acompaña el texto. A pesar de varios intentos fallidos de escalar una montaña, dos sobrevivientes se preparan para intentarlo una vez más con el objeto de llegar a un pueblo a pedir ayuda. Por las adversidades del clima, en el camino se plantean si es mejor regresar con el resto de los sobrevivientes o continuar con la difícil travesía.


Mientras veía la película, y con las diametrales diferencias con la tragedia que les pasó a los tripulantes del avión, pensaba que estoy en un momento en que debo de decidir qué rumbo tomar en mi vida.  Las consecuencias de esa decisión no solo me afectarían a mí, sino también a mi esposa y dos hijos que están en Buenos Aires.


La situación que en este momento pasa Argentina es crítica. Inflación del 200%, pobreza del 40% e inseguridad ciudadana fuera de control es la herencia que recibió Javier Milei por parte del gobierno peronista. Las medidas adoptadas por el actual presidente es una película que yo ya vi y de la cual fui protagonista, pero el escenario fue otro. En 1990, Alberto Fujimori aplicó un shock económico muy parecido al que hoy se intenta aplicar en Argentina, la diferencia es que en ese entonces yo era un adolescente sin nadie a cargo, hoy yo soy padre de familia. Así como les digo a muchos de mis amigos, que para ver los primeros resultados de estas medidas hay que ser paciente y esperar como mínimo un año. La verdad que no tengo ganas de volver a transitar eso, más aún cuando el peronismo está en la vereda de enfrente. Basta revisar la historia para saber que cuando ellos no están en el poder su tarea es estar en contra de todo.


La inseguridad ciudadana no es un tema menor. Hoy no existe un lugar seguro en Argentina. Sigo a diario las noticias y hace un par de semanas, en un intento de asalto, unos delincuentes dispararon a un auto que estaba estacionado en la puerta de una casa y mataron a una niña de 9 años; cuando veo eso pienso en mis dos pequeños hijos. Lamentablemente, ese nivel de descontrol no se puede cambiar de la noche a la mañana, no depende de que haya un nuevo gobierno. Esos delincuentes, en su mayoría jóvenes, son el producto de décadas de ausencia del Estado. Son de los que aparecen los familiares en la televisión defendiendo la actividad delictiva del detenido o fallecido durante un robo. Existió alguna vez una Argentina en la que los padres salían a pedirle disculpas a la sociedad por haber tenido un hijo delincuente.


Si hubiera seguido el curso normal de las “cosas”, hoy tendría que estar sentado en un estudio de abogados en Lima, Perú contestando alguna demanda, pero hoy en esta noche me encuentro mirando bajo la luz de la luna la Sierra Nevada en Granada. La vida me ha enseñado que siempre hay que intentarlo, sin importar la edad, y el único impedimento para no hacerlo es la muerte. Por momentos hay situaciones que te llevan a dudar de este nuevo gran propósito, pero hay pequeñas cosas que te animan a seguir. Hace unos días mi hijo más grande me dijo que admiraba esa capacidad que tenía para volver a comenzar de nuevo.  Y es que si una guerra, como la que viví en Israel, no hizo que cambiara de mi decisión de armar un nuevo proyecto en España, lo que viene es mucho más sencillo. Pensar que la situación casi siempre va a ser adversa me ayuda a estar listo para lo peor, y si las cosas salen bien, pues, se disfrutan mucho más.


Un viaje relámpago a Marruecos, recomendado por una abogada especialista en migraciones, sirvió para que este gran proyecto tenga una primera parte, la cual no la hice de manera muy prolija, y esta segunda, que desde un comienzo la vengo afrontando de la mejor manera y con la experiencia ganada en estos meses. Parafraseando a Cerati en el cierre de la gira de despedida de Soda Stereo, allá por 1997: “Algunos siguen hasta hoy”.  Las gracias al universo las daré cuando todo esto llegue a buen puerto.

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